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Visibilizando a las niñas y las mujeres en Guatemala

Una carta de Leslie Vogel, sirviendo en Guatemala

January 2018

Estimadas/os compañeras/os en misión,

Durante los cuatro años y medio que he servido como colaboradora en misión acá en Guatemala, he aprendido, mediante el dolor, el luto, el enojo y la rabia, hasta la incredulidad, que no se valoran para nada a las vidas de las mujeres y las niñas en Guatemala – se pisotean sus vidas y las tratan como menos que seres humanos. Tristemente, veo y oigo a algunas personas, (incluso las visitas estadounidenses que recibo regularmente) que se preocupan más por los perros enfermos de la calle que por las vidas del género femenino en este país. El siguiente poema, (compartido con permiso de autora) escrito por mi respetada colega, socióloga, anfitriona de radio, la poeta Ana Silvia Monzón, describe la historia:

Historia reciente

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El 8 de marzo 2017 fueron calcinadas/asfixiadas 41 niñas* menores de 17 años que estaban bajo protección estatal en un albergue; todos los días los medios traen las noticias de violaciones sexuales, abusos, desapariciones y secuestros de niñas y niños, muertes violentas por balas perdidas, o premeditadas. Solo esta semana, tres niñas fueron asesinadas; dos vestían su uniforme escolar y fueron acribilladas en la cabeza…a las dos de la tarde…

Y ayer 26 de abril, 14 estudiantes, 9 de ellas mujeres, fueron atropelladas por un conductor -aun desconocido- a plena luz del día, mientras hacían una protesta porque las autoridades educativas no mejoran sus condiciones en las aulas, en una de las calzadas más transitadas de la ciudad. Una de ellas lucha por su vida, ya le amputaron una pierna....

[Notas: La estudiante, Brenda Domínguez, sucumbió a las lesiones y falleció el 29 de abril. Días después, el conductor del vehículo fue identificado y arrestado; su caso sigue pendiente]

la palabra indignación ya no me basta.

A las niñas en mi país

las abusan

las acosan

las violan

las matan

-calcinadas

-asfixiadas

-atropelladas

-laceradas

-acuchilladas

-con armas de todos los calibres

A las niñas de mi país

les roban los sueños

se los cambian por pesadillas

las sentencian al silencio

las mandan a callar

las estigmatizan

A las niñas de mi país

la infancia les dura poco

para ellas los juegos son desconocidos

pronto asumen cargas que no les corresponden

pronto se enfrentan a la sordidez adulta

A las niñas de mi país

les prohíben las ilusiones

les niegan el futuro

y si, con todas esas advertencias

se unen, protestan, manifiestan

son condenadas sin juicio

ni derecho a defensa

a muertes atroces

y para más escarnio

las culpan

las exhiben

como aviso

para que ninguna más se atreva

a desafiar

a contradecir

a exigir

a decir

A las niñas de mi país

desde muy temprana edad

les aplican la política del miedo

del qué dirán

del no puedo

del no tengo derechos

de la doble moral

las abruman con mensajes comerciales

que venden espejismos

y luego les suministran una fuerte dosis de realidad

esa que no admite finales felices

ni principios azucarados

sino golpes y maltratos cotidianos

violencias en todas sus versiones

A las niñas de mi país

las castigan desde tiempos inmemoriales

-por ser

-por existir

-por retar

a este mundo mezquino

Pero ellas perseveran

son las que salen a la calle

-o resisten en sus casas

las que gritan consignas

-o las escriben en sus cuadernos

las que denuncian

-o las que callan, pero piensan, o actúan

las que con sus cuerpos

-lacerados

-explotados

-maltratados

nos exigen que pongamos el dedo en la llaga

que no veamos para otro lado

que no las olvidemos

que los pasos dados

aún no son suficientes

que es preciso seguir

insistiendo en el presente

no repetir la historia de impunidad

y no dejar escapar el ¿futuro?

Ana Silvia Monzón, 27 de abril de 2017

*La cifra de niñas muertas originalmente fue de 35, luego subió hasta 41, finalmente quedó en 43.

Les agradezco por su apoyo a Presbyterian World Mission, lo cual permite que continúe la labor importante de CEDEPCA, y que también hace posible que yo siga acompañando a – y dando testimonio de – este ministerio tan importante. Le invito a que contemple ofrecer hoy mismo su donación, si es que todavía no lo ha hecho. Puede enviar un cheque a la dirección abajo o donar en línea por medio de mi página web de Mission Connections (vea abajo en la cajita gris).

Doy gracias a Dios que existen programas como la Pastoral de las Mujeres de CEDEPCA en el país de Guatemala, donde el mensaje principal en la sociedad, en las políticas gubernamentales – y frecuentemente hasta en las iglesias – es que las niñas y las mujeres somos desechables cuándo cuestionamos malos tratos o cuando exigimos los derechos más básicos y fundamentales. La Pastoral de las Mujeres ofrece clases, talleres y celebraciones que proclaman el valor y la dignidad de las mujeres de todas las edades porque ¡somos TODAS creación de Dios y TODAS somos creadas a imagen y semejanza de Dios!

CEDEPCA (el Centro Evangélico de Estudios Pastorales en Centro América) es la institución compañera de PCUSA con la cual trabajo como colaboradora en misión (mission co-worker) en Guatemala. El programa Pastoral de las Mujeres de CEDEPCA está profundamente dedicada a trabajar por la visibilización de las mujeres, especialmente frente a la desvaloración en Guatemala de la vida humana – y más específicamente, de las vidas de las mujeres de toda edad.

Se comienza con una lectura nueva de la Biblia “con ojos de mujer,” en donde descubren en Génesis 1:26-28 que Dios creó a las y los seres humanas/os a su imagen y semejanza. Esta puede ser la primera vez en la vida que una mujer escucha que ella también es creada en imagen de Dios y que, por lo tanto, ella también tiene valor, dignidad y derechos.

Que la gracia de nuestro Señor JesuCristo, el amor de Dios y la comunión y empoderamiento del Espíritu Santo esté con Uds, ahora y para siempre.

La Revda. Leslie Vogel