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Presbyterian News Service

Una Gran Hora Compartida ayuda a las personas marginadas

La ofrenda anual transforma vidas y medios de subsistencia en todo el mundo

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Tewa Women NEW

April 8, 2025

Emily Enders Odom

Presbyterian News Service

En lo alto de las montañas de Nepal, cientos de remotas aldeas de montaña salpican el paisaje en un terreno tan precario y vulnerable como la propia población.

Gente como Dilliram Bhatta.

Bhatta, su mujer, Goma, sus dos hijos y sus ancianos padres viven no sólo al margen de la sociedad, sino también de la catástrofe, en el undécimo país del mundo más propenso a los terremotos.

Debido a que el pueblo de Gorkha, donde viven Bhatta y su familia, no ha tenido históricamente una fuente de agua potable limpia, él y los demás aldeanos caminaban regularmente 45 minutos colina abajo para conseguir agua para sus hogares y su ganado, solo para tener que subirla de vuelta a casa.

La escasez de agua se agravó aún más para la aldea cuando, en abril del 2015, un fuerte terremoto sacudió Nepal, matando a unas 9,000 personas e hiriendo a otras casi 22,000 en la peor catástrofe natural que ha sufrido el país desde 1934.

Y Gorkha fue el epicentro del terremoto del 2015.

La catástrofe sin precedentes dejó daños catastróficos a su paso, incluida la destrucción del suministro de agua más cercano a la aldea, por lo que Bhatta y las demás familias no tuvieron más remedio que viajar aún más lejos para conseguir agua. Sus llamamientos al gobierno local para solucionar la crisis del agua resultaron infructuosos.

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PDA Nepal

Pero Juneli Nepal, una pequeña organización sin ánimo de lucro dirigida principalmente por mujeres, escuchó sus súplicas.

La organización trabaja para empoderar a las comunidades y personas nepalesas abordando problemas sistémicos como las infraestructuras inadecuadas y la falta de acceso a la educación, la formación profesional, los servicios sanitarios, una higiene adecuada, los derechos humanos básicos y de la mujer y la preparación ante catástrofes.

Tras el terremoto del 2015, Juneli Nepal trabajó en colaboración con Asistencia Presbiteriana en Desastres (PDA) y el gobierno local para dotar a la aldea de Gorkha de su propio suministro de agua. En el 2018, un total de 75 hogares recibieron agua potable segura y limpia.

"Sus habitantes pidieron agua potable", declaró la presidenta de Juneli Nepal, Anjila Khadka, "y gracias a PDA tuvimos la suerte de resolver el problema".

La misión humanitaria de Juneli Nepal es posible, en parte, gracias a una subvención de la PDA, que a su vez recibe el apoyo de las generosas donaciones del pueblo presbiteriano a Una Gran Hora para Compartir

Durante más de 75 años, el propósito de la Ofrenda de ayudar a los vecinos necesitados en todo el mundo permanece constante, brindando a la IP (EE. UU.) y a otras denominaciones cristianas una forma tangible de compartir el amor de Dios.  Además de PDA, Una Gran Hora para Compartir también beneficia a los ministerios del Programa Presbiteriano contra el Hambre y del Comité Presbiteriano para el Autodesarrollo de los Pueblos (SDOP).

Aunque la Ofrenda puede tomarse en cualquier momento, la mayoría de las congregaciones la reciben el Domingo de Ramos o el Domingo de Resurrección, que este año caen el 13 y el 20 de abril, respectivamente.

"La labor que Juneli Nepal ha realizado en colaboración con la PDA es un testimonio muy claro de lo que significa trabajar juntos para lograr un cambio sostenible", declaró el Rvdo. Edwin González-Castillo, director de la PDA. "Gracias a nuestros esfuerzos conjuntos, podemos proporcionar no sólo ayuda inmediata, sino soluciones a largo plazo que capaciten a las comunidades de Gorkha para reconstruir de nuevo sus vidas con dignidad y esperanza".

Gracias a Una Gran Hora para Compartir, la vida de los aldeanos ha empezado a mejorar constantemente.

Khadka pudo verlo en las caras de los ancianos padres de Bhatta cuando le pidieron que expresara su gratitud a la IP (EE. UU.) por ayudar a resolver el problema del agua del pueblo, y de su familia.

"Contribuir a esta Ofrenda ayuda a construir un sentido de comunidad y solidaridad globales, recordando al pueblo presbiteriano que sus contribuciones forman parte de un esfuerzo mayor para lograr un cambio positivo y abordar problemas sistémicos", afirmó Khadka. "Dar generosamente a Una Gran Hora para Compartir es una forma de vivir los valores cristianos de compasión y servicio. Refleja el llamado a amar y apoyar a nuestro prójimo, tanto local como globalmente, sin discriminación alguna, en línea con las enseñanzas de Jesús".

Defender a las personas con discapacidad

Lyndsay Sullivan supo enseguida que había encontrado a su gente.

No es que esta californiana de 39 años que creció en los suburbios de Chicago saliera intencionadamente en busca de una comunidad; simplemente reconoció de inmediato cuándo había hecho esa conexión que le cambió la vida.

"Al principio no sabía nada del movimiento por los derechos de los discapacitados", dijo Sullivan, que vive con una discapacidad. "Me involucré con ADAPT Chicago porque alguien me invitó a ir a una de sus reuniones, ya que yo me encontraba en Access Living para otra reunión y mi transporte no apareció. Como de todas formas iba a esperar, pensé: "¿Por qué no?" Así que fui a la reunión y supe que esas eran las personas que había estado buscando".

ADAPT Chicago, una organización sin ánimo de lucro dedicada a los derechos de los discapacitados, es una de las nueve organizaciones que forman parte de la Alianza para los Servicios Comunitarios (ACS), una organización de base dirigida por sus membresías que está asociada con el Comité Presbiteriano para el Autodesarrollo de los Pueblos (SDOP), un ministerio de la IP (EE. UU.) que también pretende cambiar las estructuras que perpetúan la pobreza, la opresión y la injusticia. 

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Alliance for Community Services NEW

ACS se creó hace unos 10 años, cuando se cerraron las oficinas de ayuda pública y se recortaron los beneficios de Medicaid en todo el estado. Según la coordinadora del grupo, Fran Tobin, y su declaración de misión publicada, ACS trabaja para reunir a personas con discapacidad, familias con bajos ingresos y trabajadores de servicios de primera línea "para resistir las amenazas, identificar puntos en común y devolver lo “Humano” a los Servicios Humanos".

"La labor de la ACS puede describirse realmente como la encarnación del poder transformador", afirma el Rvdo. Dr. Alonzo Johnson, coordinador de SDOP. "Su énfasis en la propiedad comunitaria, la organización, el empoderamiento y la autodeterminación son valores importantes compartidos por el ministerio del SDOP".

A nivel del concilio intermedio, la ACS se beneficia de la implicación apasionada y práctica del Comité para el Autodesarrollo de los Pueblos del Presbiterio de Chicago, co-moderado por Hope Daniels y Paul Abraham, y atendido por la Rvda. Dra. Barbara A. Wilson, presbítera ejecutiva asociada del Presbiterio de Chicago.

"Lo extraordinario y emocionante de la labor de esta organización es que es el trabajo de personas sobre el terreno que abogan por sí mismas", dijo Wilson.

Daniels, periodista de radio y televisión jubilada, profesora universitaria y asesora de medios de comunicación, empezó a colaborar con el comité SDOP del presbiterio durante Covid. Y aunque su visita inicial con ACS se realizó virtualmente a través de Zoom, Daniels dijo que "escuchar sus historias fue simplemente increíble".

"Buscan formas de hacer las cosas políticamente, porque a la gente se le hacen las cosas sin participar en el proceso", afirma Daniels, cuya formación incluye también experiencia profesional en relaciones gubernamentales. "He visto [el musical] 'Hamilton' demasiadas veces. ¡Tienen que estar en la sala donde ocurre!"

Reiterando los puntos fuertes destacados por el comité, Sullivan añadió que la razón por la que sigue participando en la ACS es que se trata de una organización de base totalmente voluntaria, lo que la hace sentirse, si no exactamente "entusiasmada" por ser discapacitada, sí orgullosa.

"No somos grandes, pero estamos por encima de nuestras posibilidades", afirma. "Nos mirarían en el papel y dirían: '¿Cómo estamos haciendo las cosas que estamos haciendo? ¿Cómo tenemos un proyecto de ley en el Senado? ¿Cómo tenemos todas estas organizaciones haciendo todas estas cosas diferentes?'"

En el 2024, las membresías de ACS se reunieron con el alcalde de Chicago, Brandon Johnson, para abordar las desigualdades en el sector del taxi.

"Si fuéramos personas sin discapacidad, podríamos llamar a un taxi en dos o tres minutos", dijo Sullivan, “pero ahora estamos esperando una hora en ciertos lugares, y eso no está bien”. El alcalde se mostró de acuerdo y dijo que hay que buscar formas de incentivar a los taxis para que lleven más pasajeros en silla de ruedas".

Como Sullivan es completamente discapacitada, dijo que considera que su trabajo es la labor que realiza con la Alianza y ADAPT Chicago.

"No nos acurrucamos en los rincones para huir de los problemas", dijo. "Estamos atacando estos problemas y encontrando soluciones. Eso es lo que hacemos".

Sanar la violencia infligida a los cuerpos y las tierras indígenas

Cuando Nathana Bird decidió dedicarse a la organización comunitaria, sabía que seguiría un camino muy distinto al del resto de su familia.

Y sin embargo, al final, era un camino que la llevaba de vuelta a casa.

Criada en Ohkay Owingeh, Nuevo México, pero educada a unas 90 millas en Albuquerque, Bird siempre anhelaba un propósito más profundo y una conexión con personas de orígenes como el suyo. 

"Intentaba encontrar mi historia dentro de la narrativa de mi pueblo, encarnar la sabiduría que me han transmitido las madres y abuelas de mi vida", dijo Bird. "Sabiendo que podía marcar la diferencia en mi propia comunidad más que en otros espacios, me interesaba eso".

Al igual que Bird, Talavi Denipah Cook, también originaria de Ohkay Owingeh, había abandonado su hogar para estudiar biología medioambiental y de la conservación, pero al final encontró que la atracción de su pueblo, y el llamado a regresar, era casi irresistible.

"Quería volver y ayudar a la gente a conectarse con la Tierra, a luchar contra el cambio climático y a mejorar el mundo", afirma Cook.

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Tewa Women NEW

Ambos viajes las llevaron a Tewa Women United (TWU), una organización multicultural, multirracial y sin ánimo de lucro fundada y dirigida por mujeres nativas, donde Bird trabaja actualmente como directora ejecutiva interina y Cook como directora de programas de Salud y Justicia Medioambiental.

Llamada así por el concepto tewa wi don gi mu, que se traduce como "somos uno", la organización está comprometida con el fortalecimiento del liderazgo de las mujeres y niñas nativas, abordando problemas medioambientales, sociales, raciales y de justicia de género, dando forma a la política y reivindicando el legado agrícola del pueblo. 

TWU también resuena con la energía de la juventud, que, no por casualidad, es como Bird y Cook conocieron la organización.

Bird empezó como voluntaria juvenil en la organización de la justicia medioambiental, y Cook conoció el trabajo de TWU a través de sus primos pequeños, que formaban parte del Consejo de Juvenud A'Gin de la organización y del proyecto A'Gin Healthy Sexuality and Body Sovereignty.

Y es gracias a una subvención del Programa Presbiteriano contra el Hambre (PHP), posible gracias a las generosas donaciones del pueblo presbiteriano a Una Gran Hora para Compartir, que las iniciativas que dan vida de la TWU llevan esperanza y sanidad a las mujeres y niñas indígenas, mientras que sus programas de justicia alimentaria ayudan a conectar a los jóvenes con sus mayores, las tradiciones de su pueblo y la tierra. 

"Intentamos romper el estigma enseñando a las mujeres que también está bien que ejerzan su derecho soberano a vivir de esta tierra", dijo Cook sobre el círculo de Mujeres Pueblo en la Agricultura de la TWU. "El programa es especialmente inspirador para nuestras mujeres más jóvenes, porque cuando ven que otras mujeres lo hacen, les dan ganas de hacerlo ellas también. No tenían ni idea de que las mujeres podían hacerlo solas". 

Como muchas organizaciones sin ánimo de lucro, TWU empezó como un esfuerzo popular "alrededor de una mesa de cocina". 

Un grupo de mujeres de las comunidades locales, principalmente las comunidades de habla Tewa de los Pueblos, se reunieron por primera vez en 1989 para enfrentarse a los sistemas de opresión y patriarcado. En el 2001, el grupo se constituyó como organización sin fines de lucro 501(c)(3).

"Desde el principio, quisimos crear un espacio para que las mujeres descubrieran su propio poder y también animarlas a usar su voz para crear un cambio en la comunidad", dijo Bird. "También hemos sido testigos de la destrucción que se produce en nuestras tierras ancestrales y zonas sagradas en nuestro propio patio trasero. Gran parte de nuestro trabajo consiste en abordar la violencia que se ha infligido a nuestros cuerpos y a nuestra tierra".

Y recuperar la tradición.

"Cuando intercambiamos semillas y conocimientos para preparar ciertas sopas y platos o celebrar ceremonias tradicionales", observa Cook, "¡vaya! Nunca había visto este tipo de sistema de apoyo ni tal intercambio de conocimientos entre Pueblos".

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OGHS repairing the breach

Jennifer R. Evans, asociada de PHP para Comunicaciones y Asociaciones Nacionales, dijo que la asociación del programa con Tewa Women United es profundamente intencional porque el trabajo de la organización se basa en la sabiduría indígena y los valores de la comunidad. 

"Al dar prioridad al bienestar de las familias, las madres y la infancia, también están sanando a nuestra Madre Tierra", afirmó Evans. "A través de sus proyectos de Soberanía Alimentaria y de Semillas, el Programa de Justicia Medioambiental de Tewa revitaliza prácticas tradicionales como la conservación de semillas, garantiza el acceso a alimentos culturalmente apropiados, apoya la restauración de la lengua y mucho más. Fomentando estas prácticas y capacitando a las membresías de la comunidad para abogar por mejores políticas, aprendemos a cuidar más eficazmente tanto del pueblo de Dios como de Su creación".

Y mientras Cook y Bird, junto con el reducido personal de TWU, su junta directiva y sus dedicados voluntarios, tratan de continuar el legado de sus mayores, se proponen permanecer firmemente plantadas justo donde están por el bien de las mujeres indígenas, la infancia y las personas más vulnerables. 

"La tierra y la cultura son lo que realmente nos convierte en un pueblo", afirma Cook. "Somos gente especial, y que nuestro medio ambiente y nosotros pasemos por este genocidio, muy silencioso y realmente lento, quiero que las generaciones futuras tengan agua y aire limpios y sigan practicando sus danzas y aprendiendo su cultura". 

Generaciones futuras como la propia descendencia de Nathana Bird.

"Este trabajo me inspira porque tengo tres hijas y un hijo, que también han participado en nuestros programas", dijo. "Saben que éste es su sitio y no sólo para mí. Pero también es para todas las chicas jóvenes que vienen detrás de mí, que crecen aquí, y que participan en la elaboración de hierbas medicinales, cultivan su maíz, aprenden a montar en monopatín, vuelven a conectarse con sus raíces culturales y Tewa. Para mí, se trata de ellas. Empecé como organizadora de juventud, y hago todo lo que puedo para apoyar a estas organizadoras, como alguien lo hizo por mí. Por eso trabajo cada día y por eso vuelvo".

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