¡Hazlo otra vez!
Esa es una petición que escuchan a menudo las madres y abuelas, a las que honramos el domingo

¡Hazlo otra vez!
En una memorable conferencia de predicación en Montreat, hace unos 25 años, el estimado erudito Richard Lischer comparó el singular placer de Dios al hacer que el sol salga de la misma manera todos los días con el absoluto deleite de un niño al oír leer el mismo libro una y otra vez.

"¡Hazlo otra vez!" suena el estribillo familiar tanto en el milagro diario del amanecer de Dios como en la recitación repetida de un clásico querido.
"Hazlo otra vez" es una petición que he oído bastante a menudo desde que me convertí en abuela de Elijah hace año y medio.
Mientras él y yo hojeamos impacientes las páginas desgastadas del libro de cartón "The Very Busy Spider" de Eric Carle, Elijah se detiene en el cerdo para señalar y reírse.
Pero estos días, a medida que Elijah empieza a entender y apreciar mejor a las personas y criaturas que le rodean, he estado intentando enseñarle algo más sobre lo que hace que el cerdo sea tan extraordinario, más allá de la sabiduría sin igual que Carle ofrece a los lectores más jóvenes.
Los cerdos, le digo, aman, siguen y honran a sus madres por encima de todo. En el caso de los cerdos, que viven en estructuras sociales matriarcales, la hembra de la especie es responsable del cuidado, la crianza y la seguridad de toda la familia.
Y así es también en muchas partes de nuestro mundo, donde las mujeres son las principales proveedoras de sus familias.
Es una realidad que reconoceré este año haciendo un regalo a través del catálogo de donaciones Presbyterian Giving Catalog para conmemorar el Día de la Madre el domingo en honor del vínculo inquebrantable entre madre e hijo - y abuela y nieto.
Cada vez que un donante decide hacer un regalo por catálogo, como botes Jerry, letrinas, salud para madres y recién nacidos, o incluso un cerdito, estará tomando la decisión de honrar a una figura paterna especial ayudando a crear un cambio duradero y positivo en todo el mundo.
A eso, sólo puedo decir: "¡Hazlo otra vez!"
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