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Una nueva traducción al español del Libro del Orden pronto estará disponible para el liderazgo de la Iglesia Presbiteriana (EE.UU.),personas miembro de la iglesia y cualquier otra que busque orientación sobre la política presbiteriana.
Simultáneamente con la traducción del Libro de Orden al coreano, el trabajo está siendo dirigido por Recursos en Idiomas Globales (GLR por sus siglas en ingles), una división del Grupo de Servicios Administrativos de la IP (EE.UU.).
Para garantizar una traducción precisa y ampliamente accesible, GLR se alió con agencias eclesiásticas, el Caucus Nacional Presbiteriano Hispano/a Latino/a y miembros de los tres presbiterios de habla hispana de la denominación.
El Rvdo. Dr. Victor Min, traductor principal de GLR para español, es el líder del proyecto para traducir el Libro de Orden y las nuevas enmiendas. Calificó el esfuerzo como "una experiencia desafiante pero gratificante".
"El texto original es complejo, y ha sido mucho trabajo garantizar que la traducción sea precisa y comprensible", dijo. Para ayudar a los lectores y futuros esfuerzos de traducción, el equipo ha incluido un glosario de términos que "garantiza la precisión y consistencia de la traducción y proporciona una referencia para uso futuro", dijo Min. "Sabemos que es importante hacer esta traducción lo antes posible, pero también queremos asegurarnos de que se haga correctamente".
La Rvda. Marissa Galván Valle, editora principal de Recursos en español de la Corporación Presbiteriana de Publicaciones, indicó la necesidad de un "lenguaje cohesivo y uniforme en el libro", y dio un ejemplo: el uso de "shall" y "should" en español.
"Esas palabras, en algunos casos, han sido traducidas de la misma manera al español [en versiones anteriores], cuando en inglés no tienen el mismo peso o significado", dijo. "Los hispanohablantes no deberían tener que ir a la versión en inglés para verificar si la traducción es correcta, incluso si la versión en inglés 'es la autorizada en cualquier asunto relacionado con litigios eclesiásticos o acciones en los tribunales civiles'".
Stephanie Vásquez, Gerente de Recursos en Idiomas Globales, dijo que la labor de traducción del Libro de Orden al español y al coreano se remonta al 2020. Incluso antes de eso, había preocupaciones sobre las traducciones en ambos idiomas.
"GLR hizo una revisión exhaustiva de las traducciones existentes y creó un grupo de aliados interna y externamente", dijo. En todos los niveles de los concilios, la traducción precisa en español y coreano es de vital importancia debido a la naturaleza del Libro de Orden como documento constitucional. Incluso pequeños malentendidos textuales pueden llevar a inconsistencias para la labor de las congregaciones y los concilios intermedios.
Min, quien asistió a comisionados de habla hispana durante la 225ª Asamblea General del verano pasado, extendió las invitaciones a participar. El grupo se reunió durante tres días a finales de marzo en la Tercera Iglesia Presbiteriana de Aguadilla en Puerto Rico, hogar de los tres presbiterios de habla hispana de la denominación.
"Nuestro equipo y los asistentes trabajaron muy bien", dijo Vásquez, y GLR tuvo la última palabra sobre las traducciones. "Hubo una combinación de formación académica y teológica, así como práctica pastoral". El grupo también se enfocó en las formas en que el Libro de Orden es utilizado por miembros de la iglesia, por los comités que supervisan el cuidado pastoral o por los comités de proceso judicial, y por los ancianos y ancianas que realizan servicios de adoración.
La Rvda. Rosa B. Miranda, asociada para el Apoyo Congregacional Intercultural Hispano/Latino con Equidad Racial y Ministerios Interculturales de las Mujeres en la Agencia Presbiteriana de Misión, asistió a la reunión de Aguadilla a través de Zoom. Al igual que Vásquez y Galván-Valle, dijo que la nueva revisión del Libro de la Orden es urgentemente necesaria.
"Lo primero que abordó el equipo fue cómo esta nueva edición tendría un equilibrio entre el uso del lenguaje inclusivo y las reglas de gramática y escritura en español", dijo Miranda.
La agenda de la reunión propuso el objetivo de garantizar que el Libro de Orden "se comunique efectivamente como una herramienta para todos con diversas congregaciones de diversos antecedentes educativos". Eso incluye "un amplio espectro de antecedentes educativos y perspectivas teológicas", dijo Miranda. "Se acordó que esta primera revisión sería un proceso. Lo vimos como un documento vivo que se perfeccionaría a través del tiempo y el uso, pero fue un primer paso en la dirección correcta".
Ella calificó el liderazgo de traducción e interpretación de GLR a la iglesia como "invaluable", y agregó que "en proyectos como este, se necesitó la colaboración del personal y el liderazgo de las agencias, los consejos intermedios y la circunscripción hispana latina para ampliar las perspectivas, garantizar que todas las voces estén incluidas y reunir toda la experiencia disponible".
Min describió la consultoría de Aguadilla como "un regalo".
"Nos pudimos conocer mejor y pudimos generar confianza y camaradería entre nos", dijo. "Comenzar cada día con el grupo y trabajar juntos en un proyecto de esta magnitud fue edificante y saludable. Fue un recordatorio de la importancia de la comunidad y la colaboración, y un testimonio del poder de la fe y el amor".