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Como una persona cuyo segundo idioma es el inglés, este idioma siempre me ha fascinado, especialmente al escuchar alguna de sus expresiones. Recuerdo, por ejemplo, el tener que explicar el significado de the whole nine yards (todo lo que está disponible o es posible) a una colega cuyo primer idioma tampoco era el inglés. Todavía recuerdo su expresión facial, cuando no pudo creer cómo terminología asociada con los deportes (fútbol americano en este caso) había sido utilizada en una reunión de iglesia.  

Una de mis frases favoritas en inglés es el consejo de read the room. La traducción que utilizaría es una invitación a ubicarnos, a ser intencionales al captar las sutiles señales no verbales que nos rodean en un lugar en particular. Para alguien que está dando una conferencia o presentación, esto puede ser el saber cuándo funcionará un chiste y cuándo no. Para un maestro o maestra, es discernir si una actividad o ejercicio funcionará para su grupo. En las redes sociales, es la práctica de saber qué comentar y cuándo hacerlo.

Al leer el significado de lo que es un anciano o anciana gobernante en el Libro de Orden (G-2.0301), la conexión entre la palabra en inglés ruling (que en español ha sido traducida como gobernante) y la invitación a ubicarnos me resulta aparente. En inglés dice así: “Ruling elders are so named not because they ‘lord it over’ the congregation (Matt. 20:25), but because they are chosen by the congregation to discern and measure its fidelity to the Word of God, and to strengthen and nurture its faith and life». (Los ancianos y las ancianas gobernantes son llamados y llamadas así no porque se “enseñorean” sobre la congregación (Mat. 20.25), sino porque son elegidos(as) por la congregación para discernir y medir su fidelidad a la Palabra de Dios, fortalecer y nutrir su fe y vida).

En esta definición, se enfatiza el gobernar (ruling) no como el ejercer poder o autoridad, que es su definición más popular, sino que la descripción se remonta al origen de la palabra ruling. En latín, la palabra regula significa regla o vara de medir.

Por eso, la manera en que un anciano o anciana gobernante fortalece y nutre la fe y la vida de la congregación es por medio de su efectividad al ubicarse, al discernir las necesidades de la comunidad de fe y al siempre medir los esfuerzos al edificar la familia de Dios en el lugar en donde la iglesia ha sido ubicada y más allá.

Pero ¿cuáles son los parámetros de medición? ¿Cuál es la regla que utilizan los ancianos y ancianas gobernantes para determinar la vitalidad de la congregación? Este tipo de medida no se basa necesariamente en números, que es lo que usamos para saber cuánto ha crecido la iglesia en su membresía o cuánto se ha recogido de ofrenda en un mes en particular. Propongo que una «vara de medir» ubicarnos y medir la vitalidad de las congregaciones es que los ancianos gobernantes comiencen cada año mirando G-1.0304, titulado «El ministerio de la membresía»

«El ser miembros en la iglesia de Jesucristo es un gozo y un privilegio. También es un compromiso a participar en la misión de Cristo. Un miembro fiel da testimonio de Cristo para ser testigo del amor y la gracia de Dios y promete involucrarse responsablemente en el ministerio de la Iglesia de Cristo. Tal envolvimiento incluye:

proclamar las buenas nuevas en palabras y hechos,

participar en la vida común y en la adoración de la congregación,

levantarnos mutuamente en oración, cuidado mutuo y apoyo activo

estudiar la Escritura y los asuntos de la fe y la vida cristiana,

apoyar el ministerio de la iglesia mediante dádivas de dinero, tiempo y talentos,

demostrar una nueva calidad de vida dentro y a través de la iglesia,

responder a la actividad de Dios en el mundo mediante el servicio a otras personas,

vivir responsablemente en las relaciones de vida, tanto en lo personal, como en lo familiar, vocacional, político, cultural y social,

trabajar en el mundo por la paz, la justicia, la libertad y el desarrollo humano,

cuidar por la creación de Dios,

participar en las responsabilidades gubernamentales de la iglesia, y

revisar y evaluar regularmente la integridad de su membresía, y considerar maneras en las cuales la participación en la adoración y el servicio de la iglesia se puede incrementar y hacer más significativa».

Este envolvimiento debe ser la guía y la tabla de medir para toda la membresía de la congregación, pero es la regla especialmente para los ancianos y ancianas gobernantes y docentes. Estas son maneras en que las ancianas y ancianos gobernantes pueden continuar creciendo en sus vidas, que deben ser «una demostración del evangelio cristiano en la iglesia y en el mundo» (G-2.0104).

El ministerio de la membresía también sirve de medida para evaluar la vida de la congregación. ¿Usted, como anciano o anciana gobernante, está proclamando las buenas nuevas en palabra y acción? ¿Cuáles son algunas de las maneras en que su iglesia está haciendo eso? ¿Está usted, como anciana o anciano gobernante, demostrando una nueva calidad de vida dentro y a través de la iglesia? ¿Cómo las personas que están conectadas a su congregación están dando testimonio de la nueva vida que han recibido en Jesucristo? ¿De qué manera, como anciano o anciana gobernante está trabajando en favor de la paz, la justicia, la libertad, el desarrollo humano y el cuidado de la creación de Dios? ¿Qué está haciendo su iglesia para contribuir a este trabajo?

Las ancianas y ancianos gobernantes reciben su llamado porque la congregación ha discernido que son «personas de una fe sólida» que «poseen los dones y las habilidades necesarias» para asumir posiciones de liderazgo y que aman a Jesucristo como su Señor y Salvador (G-0104ª). El discernimiento continúa mientra busca «medir» el trabajo de la iglesia que Dios le ha llamado a gobernar. Dios le ha llamado a ubicarse, a estar siempre alerta a la fidelidad de la iglesia a la Palabra de Dios y a encontrar formas de fortalecer y nutrir su fe y su vida. Y usar la sección «El ministerio de la membresía» como vara de medir para su vida y la vida de la congregación podría ser una de las formas de hacerlo.

Para reflexionar:

  • ¿Cómo mantiene el equilibrio entre el aspecto administrativo y de gobierno de su llamado como anciana o anciano gobernante y su responsabilidad de discernir y medir la fidelidad de su iglesia a la Palabra de Dios?
  • ¿Cómo mide usted, como parte de su congregación, su propia vida para considerar las formas en que su participación en la adoración y el servicio de su iglesia puede aumentar y hacerse más significativa?
  • ¿Cómo «lee la habitación» o se ubica y analiza las maneras en que su congregación y las personas que son parte de ella están viviendo su ministerio e impactando a la comunidad que los rodea?


Marissa Galván Valle es ministra de la Palabra y los Sacramentos de la Iglesia Presbiteriana (EE.UU.). Ella es la editora principal de los recursos en español de la Corporación presbiteriana de publicaciones y sirve en una relación pastoral temporal en la Iglesia Presbiteriana de Beechmont, una iglesia intercultural que adora cada domingo en español e inglés. Ella fue ordenada como anciana gobernante cuando tenía veintiún años de edad.