Las historias de las penurias provocadas por la pandemia COVID-19 siguen escuchándose y sintiéndose en todo el país. También ha provocado un nuevo nivel de estrés para los estudiantes internacionales ya enfrentados con preocupaciones en torno a la postura del presidente Donald Trump sobre la inmigración.
A principios de julio, la Agencia de inmigración y control de aduanas de EE.UU. publicó una nueva política revocando una decisión hecha en marzo que permitía a los estudiantes internacionales quedarse en los EE.UU. y asistir a clases en línea durante la pandemia. Aunque el COVID-19 estaba lejos de estar contenido y muchos seminarios y universidades tenían planes de ofrecer clases sólo a distancia, la nueva política establecía que los estudiantes internacionales tendrían que abandonar los EE.UU. si todos los cursos los tomaban en línea. La agencia proporcionó menos de veinte días para que las instituciones educativas informaran de sus planes. Afortunadamente, la política fue rescindida, pero no sin antes causar un gran estrés a los estudiantes y al personal de las instituciones educativas.
Teresa Waggener, abogada de la Oficina de Asuntos de Inmigración de la IP(EE.UU.), contactó a los seminarios afiliados a la denominación preguntando por los estudiantes internacionales, cómo planeaban avanzar y el deseo de la iglesia de ser solidaria.
"Los estudiantes temían que todo el esfuerzo que habían puesto en sus estudios aquí se perdiera. Muchos temían que se convertirían en indocumentados porque la pérdida de su estatus significaba que tenían que irse, pero los vuelos a sus hogares no estaban disponibles debido al COVID-19", dijo Waggener. "Los seminarios y los patrocinadores caminaban con ellos y los apoyaban y tomaban medidas para alterar esta nueva política que suponía una amenaza directa a su llamada al ministerio".
Tres estudiantes que actualmente asisten al Seminario Teológico Presbiteriano de Louisville en Louisville, Kentucky, están encontrando formas de alcanzar sus objetivos a pesar de los obstáculos e incertidumbres.
Aqil Javid, de Pakistán, provenía de una familia cristiana muy fuerte. Su bisabuelo era un sikh, como todos sus hijos.
"Cuando mi abuelo era joven, soñaba que caminaba solo en la selva. Cuando llegó a cierto punto, escuchó una voz que decía que necesitaba leer la Biblia y eso cambió su vida", dijo. "Desde ese día, empezó a leer la Biblia y, junto con mi abuela, se convirtió en cristiano."
Javid dice que tanto su abuelo como su padre se volvieron muy activos en la iglesia con su padre sirviendo como vice moderador de la Iglesia Presbiteriana de Pakistán.
Un presbiteriano de nacimiento, Javid comenzó su viaje como maestro de escuela dominical, enseñando melodías y oraciones a los niños. Dice que disfrutaba compartiendo las historias de la Biblia ya que son "el futuro de nuestra comunidad".
"Empecé a compartir el mensaje con mi comunidad en el servicio del Viernes Santo y he continuado este trabajo durante cinco años", dijo. "Comencé un grupo de jóvenes de nuevo en nuestra iglesia y me nominaron como su presidente. En nuestras actividades juveniles, organicé una pequeña sesión semanal donde enseñamos estudios bíblicos a nuestros adultos y niños y compartimos un breve mensaje con ellos sobre diferentes temas y lo he estado haciendo hasta ahora".
Javid dice que se sintió atraído por el ministerio a tiempo completo para llegar a la gente de los pueblos que no se exponen a la Biblia.
"Empezamos escuelas en diferentes pueblos donde enseñamos a niños y adultos a leer la Biblia. He estado practicando esto durante los últimos cuatro años", dijo.
Javid está inscrito para comenzar en el programa MDiv este semestre de otoño en el Seminario Teológico Presbiteriano de Louisville para prepararlo para servir en una capacidad más significativa. Sin embargo, el consulado de EE.UU. en Pakistán está atrasado después de limitar los servicios a los no ciudadanos durante la pandemia, por lo que su cita para la visa no es hasta octubre.
"Todas las instituciones y centros de pruebas fueron cerrados cuando el virus se manifestó por primera vez. Después de eso, el banco cerró. Fue muy difícil para mí conseguir el dinero y los documentos necesarios y compartirlos con el seminario", dijo. "Al final, no recibí la fecha de la cita de la VISA dentro del tiempo requerido. Sin embargo, el seminario ha sido muy útil y cooperativo durante esta pandemia. Me han facilitado de todas las maneras posibles para mi admisión. Les estoy muy agradecido por hacer esto posible para mí en un momento tan difícil."
Javid le da crédito a su mentor y patrocinador, el reverendo Dr. Majid Abel, por su ayuda durante este tiempo. Abel es un graduado del seminario de Louisville.
"Me ayudó a completar todos los requisitos dentro del tiempo establecido, así como a proporcionarme los documentos y fondos necesarios en una situación tan difícil. No fue una tarea fácil", dijo. "Esto no habría sido posible sin su ayuda y sus esfuerzos".
Por ahora, Javid dice que es un juego de espera. Su próxima cita con VISA es el 8 de octubre. Añade que sería difícil para él continuar sus estudios mientras se queda en Pakistán. Como resultado, buscará que su admisión al seminario sea aplazada hasta el año que viene e intentará solicitar la visa de nuevo.
"La Iglesia Presbiteriana (EE.UU.) ya me ha ayudado mucho a encontrar el camino correcto en mi vida y me ha animado a seguirlo", dijo.
Verena Schmidt vino a este país hace diez años para obtener una maestría en trabajo social en la Universidad de Louisville, con un enfoque en el programa de Terapia de Matrimonio y Familia. La ciudadana alemana está terminando un programa de doctorado en trabajo social en la universidad y ofreció sus ideas mientras se prepara para defender su tesis doctoral.
"Espero trabajar como terapeuta, así como enseñar en la universidad", dijo. "Sin embargo, mis opciones como estudiante son limitadas porque sólo puedo conseguir trabajo en el campus."
Es un requisito para que Schmidt mantenga su estatus de visa de estudiante. Miles de estudiantes internacionales enriquecen sus entornos de aprendizaje de educación superior proporcionando una experiencia y conocimientos únicos.
La pandemia ha tenido un impacto en las opciones de Schmidt, así como en otras que se enfrentan a los mismos retos.
"He tenido amigos que han tenido que lidiar con esto", dijo. "A muchos les han ofrecido trabajo, pero como el programa está suspendido por culpa de COVID-19, no pueden aceptar el trabajo."
Para un individuo que puede necesitar ajustarse de un estatus de inmigración a otro, el empleo es a menudo clave. Sin un trabajo, muchos pueden perder su estatus.
Schmidt dice que estar en la comunidad les ha ayudado a mantenerse positivos. También da crédito a la Iglesia Presbiteriana (EE.UU.) por su estímulo.
Samuel Asiedu es pastor de la Iglesia Presbiteriana de Ghana. Comenzará su segundo año de estudios de MDiv este semestre de otoño en el seminario de Louisville. Su esposa y sus cuatro hijos permanecen en Ghana mientras él completa sus estudios.
"Debo decir que, aunque era un niño de la manse, no era un cristiano devoto hasta que empecé a trabajar con World Vision Ghana en 1999 como ingeniero mecánico después de mi primera licenciatura", dijo. "Como un joven que trabaja con un buen salario, comencé a arruinar mi vida. Una noche, cuando volvía a casa después de divertirme con mis amigos, una voz desconocida se me acercó con fuerza y me dijo: "hijo de pastor, mira tu comportamiento, ya lo verás".
Asiedu dice que pasó por algunos momentos turbulentos en su vida después de eso hasta que sintió que Dios lo llamaba al ministerio.
"Después de ser comisionado en 2010 y ordenado en 2012 como ministro a tiempo parcial, empecé a trabajar de nuevo pero las cosas no iban bien con mi trabajo de ingeniería a diferencia del ministerio. Así continué durante algún tiempo hasta que decidí en oración en 2013 dejar el trabajo de ingeniería y concentrarme en el ministerio. Por eso terminé en el ministerio a tiempo completo".
Al terminar sus estudios en 2014, Asiedu dice que se dio cuenta de que todavía tenía que hacer más para tener una comprensión más profunda de la teología.
"Me dije a mí mismo que me he quedado y he sido educado en Ghana toda mi vida. ¿Por qué no buscar la escuela fuera de Ghana para probar otras culturas? Así que busqué seminarios fuera de Ghana que pudieran ofrecerme becas", dijo. "El seminario de Louisville fue el primero que se me ocurrió porque mi padre también asistió aquí para su maestría en 1986/7. Ya conocía el seminario y fui a la página web para encontrar más información sobre él; entonces solicité."
Durante su estancia en Louisville, Asiedu se ha mantenido en contacto con su familia. La pandemia, sin embargo, ha aumentado los niveles de ansiedad.
"El pánico del encierro me ha hecho conseguir más fondos para comprar más alimentos para almacenar aquí y para mi familia en Ghana mientras estábamos en cuarentena. Tengo un sentimiento de soledad el cual me ha traído mucho estrés. Y sobre todo es la disminución de mis entradas financieras debido a la pandemia", dijo. "Mi principal patrocinador es un promotor inmobiliario que posee y opera hoteles y todos sus negocios que están cerrados, pero sigue gastando en mantenimiento y en personal para mantenerlos".
Dice que su iglesia paga su salario para cuidar de la familia en su país, pero ahora el salario es la mitad de lo que era debido al impacto financiero de la pandemia en los miembros de la iglesia.
"En medio de este difícil estado recibimos el desafortunado mensaje del ICE. El mensaje sobre la postura de las VISAS fue recibido con ansiedad y confusión. El hecho era que todas las fronteras estaban cerradas e iba ser muy caro volver a casa", dijo. "Incluso, si consigues regresar a la casa, el costo es de dos semanas de cuarentena obligatoria junto con el estrés del proceso de inmigración por el que pasas antes de volver de nuevo".
A pesar de la incertidumbre, Asiedu da crédito al seminario, así como a otros presbiterianos(as), por ayudarle a hacer frente a los costos de la educación en el extranjero.
"Al graduarme, volveré a casa y continuaré mi ministerio. Todavía tengo una familia joven a la que tengo que continuar cuidando", dijo Asiedu. "Lo que necesito en este momento es el apoyo de la iglesia para sobrevivir en estos tiempos difíciles. Además, estoy abierto a cualquier apoyo que la iglesia piense que hará que mi estancia en Louisville sea confortable."
La preparación, especialmente el estudio académico, ha sido un valor clave que los(as) presbiterianos(as) atesoran cuando uno se prepara para el ministerio.
"Dios también nos ha creado como seres imaginativos instándonos a usar nuestra creatividad para lograr el amor, la misericordia y la justicia de Dios. Aunque la decisión de obligar a los estudiantes internacionales a abandonar los Estados Unidos se anula, el miedo y la inseguridad que produce no cede. Como ciudadanos(as) de este país y miembros de la Iglesia Presbiteriana (EE.UU.), debemos estar conscientes de cómo las políticas generan una mayor injusticia e infunden miedo, temor y ansiedad", dijo Amanda Craft, de la Oficina de Asuntos de Inmigración. "Debemos orar y arrepentirnos mientras buscamos cambiar esas políticas. Busquemos maneras de corregir lo que se ha roto".