Los miembros del Comité de la Oficina de la Asamblea General (COGA por sus siglas en inglés) dicen que la decisión de esta semana de llevar a cabo una Asamblea General abreviada en línea es difícil, pesada y necesaria. El COGA se reunió hoy para su segunda llamada en Zoom de la semana para continuar su trabajo en la reunión en línea de la 224ª Asamblea General (2020).
La continuada propagación del virus COVID-19 llevó al COGA el martes a cancelar los planes para celebrar la asamblea en persona en Baltimore, del 20 al 27 de junio, y llevar a cabo la asamblea en forma virtual el 19, 26 y 27 de junio. Con una asamblea abreviada, el COGA se está enfocando en abordar problemas fundamentales durante esos pocos días, recomendando que otros asuntos sean considerados en la 225ª Asamblea General (2022).
La lista de elementos esenciales a considerar en la reunión de la asamblea en junio incluye:
- —Cambios de reglas permanentes (suspendiendo, adoptado reglas temporales)
- —Elecciones del Moderador(a)/Secretario(a) Permanente
- Nominaciones del Comité de Nominaciones de la Asamblea General (GANC)
- Negocios críticos con implicaciones legales y financieras
En un comunicado emitido por la moderadora del COGA, Barbara Gaddis, y la vice moderadora, Stephanie Anthony, el comité reconoció que sopesar lo que se presentará ante la asamblea fue un desafío.
“Al tomar estas decisiones, reconocemos que estos tiempos inusuales nos impiden vivir la plenitud de quienes somos. Parte del sufrimiento que COVID-19 ha provocado en nuestras vidas es la incapacidad de ser plenamente nosotros mismos dentro de los parámetros de lo que podemos hacer con lo que tenemos en tiempo limitado. En otras palabras, la Iglesia Presbiteriana (EE. UU.) es mucho más que reglas permanentes, presupuestos y elecciones. Como dijo recientemente nuestro Secretario Permanente: "No nos estamos divorciando del trabajo de la justicia social." Somos por la justicia. Somos por la abogacía. Somos teológicos y somos proféticos. Pero en estos tiempos de pandemia, esta decisión es la respuesta necesaria al considerar la salud y el bienestar de la comunidad anfitriona, los comisionados(as), los delegados/as asesores/as, los observadores/as y el personal".
Las recomendaciones relacionadas con el culto de apertura en la asamblea en línea, los planes para los expositores y otros asuntos de negocio se han dejado para el próximo jueves.
Lea la declaración completa de COGA a continuación.
DECLARACIÓN DE COGA
la Iglesia Presbiteriana (EE. UU.) se encuentra en tiempos inauditos. En unos pocos meses, un virus desconocido e invisible ha devastado casi todos los rincones del planeta. Los seres queridos que estaban sanos han sido postrados. Las familias han tenido que llorar sin tener la oportunidad de despedirse personalmente.
Nuestras iglesias están enfrentando tiempos difíciles a medida que los pastores(as) y el personal encuentran formas nuevas e innovadoras de ministrar a distancia mientras el futuro de sus iglesias sigue incierto.
Por primera vez en la historia de nuestra denominación, nos estamos preparando para una Asamblea General que estará totalmente en línea. El Comité de la Oficina de la Asamblea General ha tenido que tomar algunas decisiones difíciles, ya que analizamos numerosas opciones que van desde una agenda completa de la asamblea hasta nuestra decisión final de acortar la asamblea y centrarnos únicamente en asuntos de negocios esenciales.
Al tomar estas decisiones, reconocemos que estos tiempos inusuales nos impiden vivir en la plenitud de quienes somos. Parte del sufrimiento que COVID-19 ha provocado en nuestras vidas es la incapacidad de ser plenamente nosotros mismos dentro de los parámetros de lo que podemos hacer con lo que tenemos en un marco de tiempo particular. En otras palabras, la Iglesia Presbiteriana (EE. UU.) es mucho más que reglas permanentes, presupuestos y elecciones. Como dijo nuestro Secretario Permanente hace poco: "No nos estamos divorciando del trabajo de la justicia social". Somos por la justicia. Somos por la abogacía. Somos teológicos y somos proféticos. Pero en estos tiempos de pandemia, esta es la respuesta necesaria al considerar la salud y el bienestar de la comunidad anfitriona, los comisionados(as), los delegados/as asesores/as, los observadores/as y el personal.
Le pedimos a la iglesia que se una a nosotros a medida que avanzamos en estos tiempos inciertos con la fe y la certeza de que Dios nos sostendrá y nos alentará hacia el futuro.