Me encanta que Lucas 11 cuente la historia de un Jesús que ora. Los discípulos deben haber estado observándolo porque cuando Jesús termina, le piden que les enseñe a orar. La oración no era nueva para ellos. Podían reconocer que Jesús estaba orando. Verdaderamente, fueron criados para orar. Sin embargo, adoro que los discípulos estuvieran dispuestos a ser vulnerables sobre esta práctica espiritual fundamental. Estaban dispuestos a explorar una nueva forma de participar en una práctica familiar. "Queremos aprender a orar. Enséñanos, Jesús".

Al principio de mi ministerio me di cuenta de que ser el pastor de la iglesia no significa necesariamente que tuve todos los conocimientos y todas las respuestas a los grandes misterios espirituales. Había sido ordenado hace poco y sabía griego y hebreo;suficiente para aprobar el examen de ordenación. Sin embargo, había huecos en mi formación espiritual. Al igual que los discípulos, estaba dispuesto a reconocer dónde era vulnerable y tenía espacio para mejorar. Más importante, había ancianos en las congregaciones donde serví que quisieron enseñarme lo que habían aprendido sobre la vida espiritual:específicamente sobre la oración.

Un anciano de la Iglesia Presbiteriana de San Pablo en Louisburg, Carolina del Norte, me enseñó a incorporar himnos en mis prácticas de oración. Le gustaba reflexionar sobre el tercer verso de los himnos, escogiendo palabras o frases para reflexionar y usarlas en la oración. También se le conocía por tararear un himno como una oración completa. Citó a San Agustín diciendo "cantar es como orar dos veces". Gracias a su influencia, llegaría temprano los domingos por la mañana para cantar una canción de oración en un santuario vacío en preparación para liderar el culto.

También hubo un anciano gobernante en la Iglesia Presbiteriana Comunitaria de Grace en Sandy, Utah, el que me animó a aprender nuevas prácticas de oración. Este anciano me enseñó la práctica de oración de San Ignacio llamada el Examen. Utilizo el examen a diario para reflexionar sobre las actividades del día, dando gracias a Dios por los lugares delgados que solo se vuelven obvios en retrospectiva durante la reflexión.

Estos ancianos gobernantes me acompañaron y ampliaron mi formación espiritual de maneras que no se pueden cuantificar. Creo que lo hicieron tomando en serio nuestros votos de ordenación, donde se comprometen a "ser una amistad entre sus colegas en el ministerio, trabajando con ellos, bajo el orden de la Palabra y el Espíritu de Dios" (Libro de Orden, W-4.0404e). Como estaban dispuestos a bendecirme, tomo todas las oportunidades para compartir lo que me inculcaron sobre las prácticas espirituales.

Recursos para su consideración
Algunos de estos libros le llevarán más allá de su zona de confort y pueden dejarle vulnerable. Es en ese nuevo y extraño lugar donde oro para que se de cuenta de que la vulnerabilidad le ha acercado a aquel que "te lleva, te guía por el camino".

  • Himnario Gloria a Dios: aunque cualquier himnario sirve, me encanta la base que Gloria a Dios proporciona sobre los himnos como contexto
  • Ann Weems: cualquiera de sus poemas proporciona una gran cantidad de recursos para la oración
  • Margaret Silf, Inner Compass(Compás interior, en ingles): este libro fue mi introducción al examen
  • William Barry, What do I want in Prayer (Lo qué quiero en oración, en ingles)
  • Mark Thibodeaux, Armchair Mystic: How Contemplative Prayer Can Lead You Closer to God (Sillón Místico: Cómo la oración contemplativa puede acercarle a Dios, en ingles)
  • Richard Rohr, The divine dance (La Danza Divina, en ingles)
  • Julian of Norwich, All Will Be Well (Todo estará bien, en ingles)
  • Mi favorito de favoritos es, Meditations of the Heart (Meditaciones del corazón, en ingles), por Howard Thurman. Sus pequeños devocionales son lecturas profundas y poderosas.

 

Preguntas para el diálogo
En las Escrituras, los discípulos modelan esta comunicación con Dios y que acercársele en la oración requiere vulnerabilidad.

  • ¿Cómo ha sido vulnerable para aprender de las demás personas?
  • ¿Cuáles son algunas prácticas de oración que le han acercado a Dios?
  • ¿Cómo ha llegado a ser amistad de sus colegas, acompañándoles en sus viajes espirituales? ¿Hay prácticas que usted ha compartido con otros líderes?

 

El Reverendo Jerrod Lowry sirve como presbítero general/secretario permanente para el Presbiterio de Coastal Carolina. Antes de aceptar este llamado, sirvió como pastor en Sandy, Utah, y como fabricante de carpas en Louisburg, Carolina del Norte, y para el Presbiterio de New Hope. Sobre todo, a Jerrod le apasiona "equipar personas santas para el trabajo del ministerio" y ha disfrutado estudiar el examen de San Ignacio como una práctica de oración y una herramienta para discernimiento.