Mientras la Iglesia Presbiteriana observa el Día Mundial de los Refugiados cerca del 20 de junio, el secretario J. Herbert Nelson, II, envió una carta pública a los miembros del Congreso estadounidense instándoles a «elegir dar la bienvenida en vez del aislamiento y el miedo» al mismo tiempo que dialogan sobre la política de inmigración del país.

Específicamente, Nelson pidió a los legisladores que «hicieran todo lo que estuviera en su poder para rescindir las acciones de las tres órdenes ejecutivas presidenciales relacionadas con los refugiados, para evitar que surtan efecto». En su carta, Nelson resumió el largo historial de apoyo de la IP con respecto a las políticas de inmigración expansivas y a los ministerios de su congregación de la recepción y del alcance a las personas inmigrantes a este país.

Nelson escribió «Éste es un momento en nuestra historia en que podemos elegir estar en el lado correcto y de la justicia». «Este es un momento en que nosotros como nación podemos elegir dar la bienvenida». 

Esta carta es parte de la campaña «Una Carta al Día» organizada por la Coalición Interreligiosa de Inmigración. Amanda Craft, gerente de la oficina de Asuntos de Inmigración de la Asamblea General (OGA), declaró que la campaña «tiene el propósito de enviar un mensaje a los miembros del Congreso y a su personal, que sostiene que una amplia variedad de partes interesadas apoya el reasentamiento de refugiados».

A continuación, la carta de Nelson para el Congreso con fecha del 5 de junio:


Estimados y distinguidos miembros del congreso:

Como Jefe de la Iglesia Presbiteriana de los Estados Unidos, una de las más grandes denominaciones protestantes de este país, exhorto respetuosamente a los miembros del Congreso a que continúen promulgando una legislación compasiva que proteja, cuide y defienda a las personas refugiadas y a sus derechos. Les escribo cuando estamos cerca del Día Mundial de los Refugiados que se celebra el 20 de junio, consciente de que el mundo está experimentando la mayor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial. La guerra civil, la persecución y el genocidio han desplazado 65 millones de almas fuera de sus hogares, incluyendo a 21 millones de refugiados.

El pueblo presbiteriano tiene una larga historia de elegir dar la bienvenida en vez del aislamiento y el miedo. Al final de la Segunda Guerra Mundial y las guerras en el sudeste asiático, llamamos a los Estados Unidos a darle la bienvenida a los refugiados, y nuestro gobierno respondió. Elegimos dar la bienvenida cuando nuestras mismas congregaciones sirvieron como sitios de acogida para refugiados en años anteriores a las agencias de reasentamiento. Y, el pueblo presbiteriano elige dar la bienvenida mientras recibimos a familias que se reasentan en los Estados Unidos desde Siria, Somalia, Sudán, Irak, Birmania, Bután y otros países. Sólo en el 2016, cientos de congregaciones se involucraron directamente con refugiados recién llegados. Creemos que este ministerio para con nuestros hermanos y hermanas en peligro es esencial para nuestro llamado como pueblo de fe. Así es como extendemos la luz a las personas que se encuentran en circunstancias desastrosas. Y, estamos con otras personas que se dedican a este trabajo, también. Juntos es cómo podemos hacer el cambio y traer esperanza a aquellos que huyen del peligro. Las personas refugiadas enriquecen nuestras vidas, y reconocemos que también hacen aportes a nuestro país.

En esta época, cuando las penas del mundo son grandes, es el deseo de muchas personas presbiterianas dar la bienvenida a aquellas que buscan seguridad. Este llamado a elegir dar la bienvenida es nuestro recuerdo fiel y compasivo que nosotros también una vez «también fuimos refugiados en Egipto» (Deuteronomio 10:19, TLA). Este llamado viene de nuestra historia de ayudar activamente en el reasentamiento de refugiados. Sabemos, de primera mano, que, al elegir la bienvenida, hemos recibido ángeles (Hebreos 13: 1-2, TLA). No aprobamos el sentimiento anti-musulmán que la actual Administración ha empleado como indicador de a quién debemos aceptar. Elegimos dar la bienvenida a todas las hermanas y hermanos que necesitan protección y seguridad independientemente de su raza, credo o nacionalidad.

Más específicamente, pedimos que los miembros del Congreso continúen haciendo todo lo que esté a su alcance para rescindir las acciones de las tres órdenes ejecutivas relacionadas con los refugiados para evitar que surtan efecto. Nuestro deseo es que los Estados Unidos devuelva su compromiso de admisión de refugiados al nivel de esta época con un objetivo mínimo de 75.000 refugiados en el año fiscal del 2018, y apoyen y financien enérgicamente las admisiones y el reasentamiento de refugiados en los Estados Unidos. Les agradecemos lo que el Congreso ya ha hecho en años pasados para brindar seguridad y asistencia a algunas de las personas más vulnerables del mundo y les animamos a que alcancen aún más para que, como ciudadanos de los Estados Unidos, reflejemos una apertura para continuar esta tradición.

Como Secretario Permanente de la Asamblea General, puedo asegurarles que los miembros de la Iglesia Presbiteriana (EE. UU.) dedicarán los domingos alrededor del 20 de junio a la acogida de refugiados y continuarán participando en los ministerios de refugiados en sus comunidades. Como un cuerpo, los miembros de la IP (EE. UU.) continúan participando públicamente, presionando por un mayor apoyo local y nacional para los refugiados y su reasentamiento. Al elegir dar la bienvenida, comprendemos nuestro compromiso de desafiar también cualquier legislación que crea cargas injustas en estas poblaciones o crea mayores obstáculos para buscar el reasentamiento. Y podemos celebrar varios dones que las personas refugiadas e inmigrantes traen a nuestras congregaciones, revelando un reconocimiento aún más profundo del amor y de la tolerancia de dios. Éste es un momento en nuestra historia en que podemos elegir estar en el lado correcto y de la justicia. Este es un momento en que nosotros como nación podemos elegir dar la bienvenida.

 

En la fe que compartimos,    

J. Herbert Nelson Signature

 

 


El Rvdo. Dr. J. Herbert Nelson, II
Secretario Permanente de la Asamblea General, Iglesia Presbiteriana (EE.UU.)

 

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