28 de febrero del 2017

Presidente Donald Trump
The White House
1600 Pennsylvania Avenue NW
Washington, DC 20500

Estimado Presidente Trump y líderes del Congreso:

Como líderes de la Iglesia Presbiteriana (EE.UU.) y de acuerdo con el mandato aprobado por nuestra 222a Asamblea General en junio del 2016, les escribimos para instarles a que utilicen sus buenos oficios para asegurar una respuesta efectiva, rápida y humana a la deuda y la crisis económica que enfrenta Puerto Rico. Esto es muy importante para nosotros, ya que hemos tenido congregaciones presbiterianas en Puerto Rico por más de 100 años.

La deuda insostenible de Puerto Rico, que es más de dos tercios del monto de su PIB, no puede ser saldada simplemente usando recortes de gastos e incrementos de impuestos, ya que estas medidas inevitablemente acelerarán el éxodo de capital y mano de obra, y reducirán aún más la economía. Más importante aún, esto daría lugar a una mayor angustia entre las personas que ya están en apuros; más de la mitad de niños viven por debajo de la línea de pobreza y muchas familias e individuos están luchando por sobrevivir.

A medida que el consejo de supervisión continúa su trabajo, creemos que es importante escuchar a todos los sectores civiles en Puerto Rico, incluyendo a aquellas personas que están experimentando los peores efectos de la crisis. Debe existir también un acuerdo de deuda que tenga en cuenta la vulnerabilidad de Puerto Rico a los desastres climáticos, como huracanes y terremotos. Se podría incluir una cláusula para una moratoria de pago en caso de dichos desastres.

La preocupación de nuestra Asamblea General y de nuestras iglesias presbiterianas en Puerto Rico es que en el acuerdo PROMESA sólo impide el litigio de los acreedores, pero no aborda los peligros de austeridad que llega a imponer más sacrificios de los ciudadanos comunes y corrientes para pagar a los portadores de bonos, que ya se han beneficiado de altas tasas de interés.

Como una comunidad de fe guiada por nuestras Sagradas Escrituras (especialmente el llamado de Dios para el Año de Jubileo; Levítico 25 y Lucas 4), estamos desafiados a seguir el consejo de Dios de que ningún arreglo económico debe empobrecer a las personas permanentemente, creando así un futuro sin esperanza. En solidaridad con la ciudadanía más pobre de Puerto Rico y con la esperanza de un futuro de recuperación y prosperidad para todas las personas, les instamos a que incluyan a las personas de todos los sectores de la sociedad, incluyendo a las iglesias, a medida que encuentren formas de implementar la legislación PROMESA.

Por el bien de todo el pueblo de Dios,

Rev. Dr. J. Herbert Nelson II 
Secretario Permanente de la Asamblea General
Iglesia Presbiteriana (EE.UU.)
Luis Antonio De La Rosa
Director Ejecutivo Interino
Agencia Presbiteriana de Misión
Denise Anderson
Comoderadora
222a Asamblea General (2016)
Jan Edmiston
Comoderadora
222a Asamblea General (2016)

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