Por Jasmine Clark
Asistente de Desarrollo y Comunicaciones, Sociedad Presbiteriana de Historia
Randy Hobson
Administrador de Diseño y Multimedia, Oficina de la Asamblea General
Algunos de los errores históricos cometidos por la Iglesia Presbiteriana (EE. UU.) contra los pueblos originarios de Estados Unidos se están enmendando esta semana. Los principales líderes de la denominación pidieron una disculpa formal por los daños infligidos.
El reverendo J. Herbert Nelson, II, secretario de la Asamblea General, y el reverendo Gradye Parsons, ex secretario de la Asamblea General, viajaron a la ciudad más septentrional de los Estados Unidos, Utqiagvik (Barrow), Alaska, para disculparse con los pueblos nativo americanos, nativos de Alaska y de Hawái.
La disculpa viene como resultado de la 222a Asamblea General (2016), que dirige «a la IP (EE.UU.) y a sus miembros pedir una disculpa ante ciudadanos estadounidenses de ascendencia nativa americana, tanto dentro como fuera de nuestra denominación. Ofrecemos esta disculpa especialmente a aquellas personas que fueron y son parte de las «generaciones robadas» durante el movimiento de asimilación indígena, conocidos como ex alumnos de internados indígenas, sus familias y sus comunidades» (Minutas, 2016, Parte I, p. 711 del archivo electrónico).
El miércoles durante una celebración que condujo a Kivgiq (banquete del mensajero), la disculpa fue dada durante el evento de renovación y curación,
Las palabras de remordimiento y arrepentimiento ofrecidas el miércoles llegaron más de un siglo después desde que el Reverendo Sheldon Jackson y el Reverendo A. L. Lindsley convencieron a la Junta de Misiones de la Iglesia Presbiteriana en los Estados Unidos de asumir la responsabilidad del nuevo territorio de Alaska en 1878. Jackson reclutó trabajadores y recaudó fondos para abrir una escuela misionera que existió hasta el 2007 en la forma de una escuela superior.
En 1880, Jackson invitó a los secretarios de las juntas de misión de las confesiones protestantes a una reunión que dividió el trabajo de la misión en Alaska. La junta de la Iglesia Presbiteriana en los Estados Unidos aceptó la responsabilidad del sudeste de Alaska, donde ya había iniciado el trabajo de la misión, y de las regiones del extremo norte del territorio.
Las escuelas y otros programas que salieron de este acuerdo actuaron como un medio para llevar a cabo una filosofía de civilización. En 1887, las lenguas indígenas fueron prohibidas en las escuelas por el gobierno federal. A comienzos del siglo, los materiales que salen de las escuelas misioneras presbiterianas anuncian su adhesión a esta política y enfatizan la educación cristiana e industrial ofrecida.
Estas políticas llegaron en un momento crucial para Alaska. El descubrimiento del oro en la década de 1890 precipitó una afluencia de colonos blancos. Los indígenas eran segregados, expulsados de sus tierras y se les pagaba menos por el trabajo a comparación de los colonos blancos, todo ello enfrentando prácticas discriminatorias de contratación.
La actual presencia Presbiteriana en Alaska es a través del Presbiterio del Yukón, que es parte del Sínodo de Alaska-Noroeste, así como 6 congregaciones en el sureste de Alaska que son parte del Presbiterio de la Costa Noroeste. Según el sitio web del Presbiterio del Yukón, están representados cuatro grupos lingüísticos y culturales distintos: Iñupiat Esquimales en el norte que hablan Iñupiaq; Esquimales de Yupik en el oeste que hablan Yupikde la Isla de San Lorenzo; Y coreanos e ingleses en el Interior y el Sur Central.