Uno de los grandes aspectos de mi tiempo como Secretario Permanente es escuchar acerca de la misión y el ministerio de las personas presbiterianas y sus congregaciones. A veces es el ministerio en su propia comunidad. Otras veces se trata de un viaje de misión a un lugar en el mundo. Universalmente, escucho cómo estas experiencias son transformadoras.
Cuando estuve en Cuba hace unos años atrás, casi todas las congregaciones que visité tenían fotos de viajes de misión de las congregaciones de la IP (EE.UU.) en sus paredes. Las personas presbiterianas creen firmemente en ayudar a los demás. Estas personas construyen y rehabilitan casas. Ellas dan tutoría a los estudiantes en las escuelas con escasos recursos. Ellas construyen agua y sistemas solares. Ellas sirven alimentos a través de cualquiera de las despensas de las iglesias o a través de comidas comunitarias. Todo es impresionante.
Las camisetas son otra parte universal de estas compañías de misión. Es un aspecto necesario para hacer la obra de Dios. Asumo que los discípulos tenían algún tipo de camiseta también. Hace varios años, se realizó una conferencia nacional con una camiseta de recuerdo. Uno de los oradores fue un político muy conocido. Cuando llegó a inscribirse, se le pregunto qué talla de camiseta quería. ¡Se nos dijo muy claramente que él y su esposa no usaban camisetas! Pero después de pasar medio día en la conferencia y ya entrados en ambiente, ellos tímidamente regresaron a la mesa de registro y pidieron sus camisetas.
Tengo esta idea para una gran ilustración. Quiero invitar a todas las personas presbiterianas que asistan a la 222a Asamblea General (2016) llevando una camiseta de misión a Portland. Quiero que todas las personas se pongan la camiseta el jueves 23 de junio. Será un cuadro vivo de las maneras extensas y variadas en como las personas presbiterianas están involucradas en la misión todos los días. Para aquellas personas que no estén en Portland, puede ponérsela en cualquier lugar.
Con suerte, tendremos algo de tiempo para escuchar historias de estas misiones y ministerios. Las historias nos inspirarán a intentar una misión similar después de nuestro regreso a casa.
Estoy empacando mi camiseta de misión. ¿Y usted?