Señor, ¿hasta cuándo me olvidarás?
¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo te esconderás de mí?
2 ¿Hasta cuándo mi alma y mi corazón
habrán de sufrir y estar tristes todo el día?
¿Hasta cuándo habré de estar sometido al enemigo?
Salmos 13:1–2 (DHH)
Otro video ha salido a la luz en una cámara de un auto de la policía en Tulsa, Oklahoma, donde muestra a una policía disparando a un hombre afroamericano desarmado de cuarenta años de edad. La persona que disparo fue una mujer blanca. El jefe de policía de Tulsa Chuck Jordan admitió que no había ningún arma encontrada a manos de Terence Crutcher o en su camioneta cuando la policía de Tulsa lo mató el 16 de septiembre. Una vez más, otra familia afroamericana está de luto por la pérdida de un ser querido a manos de la policía. Los ruidos de ira y lamento se escuchan a lo largo de nuestra nación en varias comunidades afroamericanas entre otras mientras que este tema de muerte a manos de aquellas personas llamadas a proteger y servir continúa en nuestro país. Al igual que el salmista, estas comunidades, víctimas a causa de la pérdida de sus seres queridos, están pidiendo a gritos, «¿Hasta cuándo mi alma y mi corazón habrán de sufrir y estar tristes todo el día?» (S. 13:2).
La iglesia debe convertirse en agente de cambio en esta cultura militarizada de la policía. Tal vez es el momento de abogar por los paneles de revisión ciudadana en las comunidades locales. Parece que el entrenamiento de sensibilidad no es suficiente. En las ciudades donde se forman paneles de revisión ciudadana, las personas comunes y corrientes tienen un rol al asegurar la rendición de cuentas en diversas áreas del departamento de la policía, incluyendo la determinación de la correcta utilización de la fuerza en incidentes entre la policía y otros ciudadanos. No estoy sugiriendo que todos los policías son malos. Sin embargo, la actuación policial es lo suficientemente mala como para crear preguntas de credibilidad para aquellas personas que son buenas en su trabajo.
Estoy cansado de escribir declaraciones relacionadas con homicidios policiales de personas de color desarmadas y no violentas. Hay que hacer un compromiso con la eliminación de los vestigios de la discriminación racial, el racismo, y la demonización. Como iglesia es imperativo que nos involucremos en este problema de tiroteos policiales en contra de hombres, mujeres y niños inocentes, mientras llamamos a la gente para restaurar la verdadera vida comunal. Me gustaría que, en el área de comentarios en la parte inferior, nos abstengamos de atacar el mensaje o responder con sarcasmo. Mi petición es que usted comente algo que pueda conducir a recursos en nuestras comunidades locales. Quién sabe ... la vida que usted salve puede ser la suya. Mientras tanto, oremos por la familia de Terence Crutcher y todas las otras víctimas que lamentan la pérdida de sus seres queridos debido a los disparos de la policía.