Hay un periodo antes de regresar a nuestro tiempo rutinario, que va desde el Bautismo del Señor hasta el Miércoles de Ceniza en el calendario eclesiástico. Durante el tiempo normal, todavía hay muchas ocasiones extraordinarias. Existe esta sensación general inclinada al Año Nuevo donde nos formulamos un montón de preguntas ordinarias durante estos días. Preguntas tales como « ¿cuál es el orden correcto de los informes del comité en una reunión de la congregación?», o « ¿Qué es mejor; un órgano de tubos o eléctrico?» O, « ¿puedo contar los Smiths en nuestro informe estadístico a pesar de que nunca se registraron?»
En una temporada donde la iglesia está luchando con grandes preguntas, estas pueden carecer de importancia. Una congregación es un conjunto de personas que luchan con sus propias interrogantes, grandes o pequeñas. ¿Quién es Dios y cómo estoy perdonado en el nombre de Cristo Jesús? ¿Debo hablar con Alice, que acaba de perder a su marido, cuando no sé decir las palabras correctas?
Creo que cuando nos hacemos preguntas, nos abrimos a nuevas posibilidades. Reconocemos que no lo sabemos todo. Nos hacemos vulnerables a la sabiduría y las experiencias de otros. Cuando hacemos preguntas sobre las escrituras, nos sentimos atraídos a las narrativas tan interesantes y complicadas como la nuestra. Se encuentran reyes peleándose, mendigos hambrientos y hermanas desesperadas. También se encuentran manos levantadas en aleluyas, manos cometiendo violencia, manos que alcanzan a Jesús. Grandes y pequeñas historias que nos cuentan la larga historia de Dios con todas nuestras preguntas y comportamientos dudosos.
¿Cuál es su pregunta en este tiempo ordinario? ¿Qué gran respuesta a su pequeña pregunta moverá su corazón y le ayudará a encontrar su andar por el camino hacia una mayor fidelidad?
En los próximos meses nuestro nieto empezará a hablar. Como ya pase por eso, yo sé que habrán muchas preguntas grandes y pequeñas. Estoy deseando que llegue ese momento. Tengo la esperanza de que tenga más paciencia en esta ocasión. Espero que yo pueda centrarme menos en mis respuestas y más en su viaje de descubrimiento. Y tal vez me enseñe algunas cosas también.