«Escuchar es algo magnético y extraño, es una fuerza creativa. Las amistades que nos escuchan, son aquellos con los que vamos hacia adelante. Cuando somos escuchados, somos creados, nos abrirnos y nos expandimos.— Karl A. Menninger
Henry ya pasaba los ochenta cuando lo conocí. Él no había asistido a nuestra congregación durante muchos años a causa de la enfermedad de su esposa. Aunque traté de visitarlos a menudo, Henry y yo no tuvimos conversaciones regulares hasta que ella fue hospitalizada. Anteriormente, Henry había sido diácono en esta congregación por casi treinta años. Una de nuestras conversaciones nos llevó a la solución para el problema de mantenimiento que nos había desconcertado durante mucho tiempo.
Renee era una joven vivaz que quería casarse conmigo cuando ella creció. En realidad como que ella me dejo ir hace unos años cuando se casó. Renee tenía grandes conocimientos sobre la Biblia y lo que significaba ser una buena persona.
No puedo prometer que siempre soy un buen oyente. Pero sí sé que es una parte muy importante de ser iglesia. La vida de la iglesia se centra en palabras habladas, escuchadas, y cantadas. Escuchamos y llevamos historias de esperanza y miedo, de lucha y éxito, de amor y abandono de los demás. Soñamos sueños sobre nuestras congregaciones. Experimentamos dolor por la pérdida de confianza. Nuestra esperanza se arruinó. Nuestro entusiasmo se aplasto. Sí, todas estas cosas suceden en la vida de la iglesia.
Pero ¿hacia dónde vamos desde ese punto? Esto siempre ha sido el tema de la iglesia en aprietos. ¿Es posible que la gente que tiene dolor y la gente que tiene esperanzas puedan conversar juntas? ¿Pueden las personas que creen en su iglesia y las personas que no están tan seguras hablar juntas?
Hay un esfuerzo para crear un momento para escuchar dentro de la vida de esta iglesia. Puede encontrar información sobre este momento en la siguiente dirección web: oga.pcusa.org/section/ga/join-conversation/. Les estoy pidiendo que se reúnan con algunos hermanos y hermanas de la Iglesia Presbiteriana (EE.UU.) y dialoguen sobre las preguntas juntos/as en pcusa.org/identity. Luego, con su propia reflexión sobre esa conversación, respondan el formulario en línea. Es importante que sus palabras sean escuchadas por toda una audiencia.