Las Escrituras están llenas de historias de jóvenes llamados por Dios para ser líderes. Y no estamos hablando de presidentes(as) de clase o becados por méritos, sino de líderes de tribus, profetas de Israel, asesinos de gigantes, jueces, apóstoles, e incluso un misterioso niño de doce años de edad que enseño en el templo, el Salvador. Tenemos la evidencia de la mano de Dios sobre mujeres y hombres, sobre líderes espirituales jóvenes. Pero podríamos necesitar un par de cosas adicionales para que nos lleven más allá, nos hagan recordar y nos inspiren.
En primer lugar, necesitamos la palabra de las Escrituras; el testimonio divino que todas las personas bautizadas que creen en Jesucristo, y que están abiertas a servir como lo hizo Jesús a través del poder del Espíritu Santo, puedan ser aprovechadas para liderar el pueblo de Dios. El llamado es el requisito para ser lider. El llamado hecho por Dios y por la comunidad.
Segundo, sería maravilloso si al mismo tiempo que un comité de nominaciones comienza a trabajar cada año, comenzara su discernimiento al leer algunas de las historias de los llamados encontrados en las Escrituras. Curiosamente, un buen número de ellos hablan sobre jóvenes; el llamado de los pastores, de los estudiantes, de las esposas jóvenes, de las chicas jóvenes y de los adultos jóvenes. Más allá del recordatorio de la variedad de personalidades, respuestas y situaciones, hay pruebas de que la mano de Dios toca a aquellas personas de todas las edades y etapas de la vida.
En tercer lugar, inspírese por lo que trae una persona joven en vez de ponerse nervioso(a). Las personas jóvenes son más idealistas y están menos desgastadas por la política, la historia y la tradición de la iglesia. Utilice sus ideas y su idealismo para impulsarnos a probar cosas nuevas, para ser más inclusivos y para ser más sinceros. No debe ser innovador llamar a servir como ancianos(as) gobernantes a personas jóvenes, ni tampoco debería ser una fuente de orgullo. Sino que su servicio simplemente debe ser una respuesta a un legado duradero y fiel.
Aquí hay algunas cosas a considerar si hay la posibilidad de llamar a una persona joven para servir como anciano(a) gobernante:
- Llame a una persona joven si demuestra dones evidentes de un(a) líder fiel. Se trata de un llamado de Dios para servir; la respuesta de la comunidad y de la persona llamada. No es un «puesto» o una «posición» a ser llenada.
- Mantenga a las personas jóvenes bajo la mira. El liderazgo parece radicalmente diferente entre las personas adultas y las personas jóvenes. De repente, muchos(as) líderes adolescentes han sido ganadores de premios, son buenos oradores, y con un perfil alto, pero también fíjese en los que no sobresalen tanto. En aquellos que posean porte, sabiduría, y un compromiso fiel hacia la iglesia. El(a) tímido(a) o el(a) gracioso(a) pueden ser un(a) líder dinámico(a). Conózcalos(as).
- Considere la posibilidad de llamar a líderes jóvenes en parejas. En las leyendas congregacionales sobre los(as) ancianos(as) jóvenes, hay cuentos y más cuentos de personas jóvenes que se sentían inquietas, desconcertadas, ignoradas y solitarias. ¿Cómo se sentiría, como persona adulta, si fuese la única en una mesa rodeada solamente de personas jóvenes? Es suficiente el reto de ser un(a) anciano(a) gobernante. Las reuniones, el enfoque, la toma de decisiones y la otra cara de la iglesia. A esto se le añade la peculiaridad de ser el único. Podría ser útil designar a más de una persona joven.
- Considere formar ancianos(as) gobernantes para que sean sus compañeros(as). Los(as) (as) compañeros(as) sirven como oídos y como presencia de oración mutua. Sobre todo, para un líder más joven es útil tener a un(a) compañero(a)/acompañante de confianza en el consistorio. Al eliminar la edad de la ecuación, ayuda a todos los líderes a tener un compañero(a). Anime a sus compañeros(as) del consistorio a formar parte en las preguntas, en la información, en las decisiones con los demás para evitar conversaciones en el estacionamiento.
Si bien es cierto, la mayoría de personas jóvenes no tienen un amplio conocimiento de las Reglas de Orden de Roberts, de las finanzas de la iglesia, del mantenimiento de la propiedad, o de los debates teológicos. Sin embargo, estos jóvenes si tienen ideas, puntos de vista y conocimiento íntimo de la vida de los miembros de la iglesia más jóvenes y de los participantes. Las personas jóvenes son valiosas para la vida de la iglesia y tienen mucho que ofrecer.
Gina Yeager-Buckley es una anciana gobernante que se desempeña como asociada para los Ministerios de Jóvenes en la Agencia Presbiteriana de Misión. Gina vive y trabaja en Louisville, Kentucky.