Si alguna vez ve algún programa en HGTV usted supondrá que en cada proyecto de remodelación, una pared será derribada. Por lo general, el/la propietario(a) de la casa da unos golpes con un mazo demoledor para la demostración, y luego los profesionales se hacen cargo. Las razones por las cuales estas paredes son derribadas varían. Por lo general, se trata de crear más fluidez, o un mayor lugar de entretenimiento, o una sensación de espacio. Cualquiera que sea la razón, es la razón opuesta de la función de una pared.
Tracy Kidder escribió un libro titulado Casa. Se trataba de la construcción de una casa que tenía desde una bellota hasta el último clavo. El afirma que las paredes definen el propósito de una habitación. A menudo he pensado en esto cuando me enfrento con paredes que intentan definir a las personas.
Hay al menos dos paredes que están tratando de definir quiénes somos. Una de ellas es la valla fronteriza entre México y Estados Unidos y las políticas de inmigración que apoya esa pared. Los límites son sólo una forma de definir un país. Los valores de un país y la forma en que este valora a los seres humanos son de una importancia aún mayor. El bloqueo y la deportación de personas que huyen por sus vidas parecen fuera de lugar acorde con nuestros valores como una nación de refugiados. La raza es la otra pared tan real y la que se superpone a la primera. Algunos de nosotros no podemos verlo, y algunos de nosotros no podemos dejar de verlo. Pero no obstante, está ahí. Es una pared que define a las personas y nos impide vivir juntos por igual como hijos preciosos de Dios.
El presidente ha roto oficialmente algunas de las barreras que existían entre los Estados Unidos de América y Cuba. La Iglesia Presbiteriana (EE.UU.) ha estado trabajando en ello durante más de 50 años. A través de la construcción de relaciones, hemos hecho que se abogue por la justicia, y el entendimiento. Esas herramientas son mejores para romper una pared que cualquier mazo. Esas son las mismas herramientas que necesitamos utilizar para derribar las otras paredes.
Los discípulos trataron de crear una comunidad cerrada improvisada en su habitación escondite después de la crucifixión de Jesús. Según Juan 20:19 dice: «Al llegar la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, los discípulos se habían reunido con las puertas cerradas por miedo a las autoridades judías. Jesús entró y, poniéndose en medio de los discípulos, los saludó diciendo:¡Paz a ustedes!» Hermanas y hermanos, vamos a derribar estas paredes. Y que la paz de Cristo que sobrepasa todo entendimiento y paredes esté con nosotros.