«Que no se haga mi voluntad, sino la tuya.» Estas fueron las palabras que Jesús oró en el jardín antes de su arresto, las cuales son el corazón del líder espiritual. Los líderes que son guiados por el Espíritu, buscan la voluntad de Dios para sí mismos, sus congregaciones, y el mundo en todas las circunstancias.
Los ancianos y las ancianas gobernantes «son elegidos(as) por la congregación para discernir y medir su fidelidad a la Palabra de Dios, fortalecer y nutrir su fe y vida» (G-2.0301).
Nuestro Libro de Orden define nuestro ministerio de ancianos y ancianas gobernantes como uno de discernimiento y gobernanza. «Así como en el Antiguo Testamento había ancianos para gobernar al pueblo, la iglesia del Nuevo Testamento proveyó personas con dones particulares para participar del discernimiento del Espíritu de Dios y del gobierno del pueblo de Dios» (G-2.0301).
Moisés nombró a los ancianos de las doce tribus al escuchar las necesidades y quejas de la gente. Al igual que Moisés, eran personas (en este caso los hombres) conocidos por su madurez espiritual y por sus sabios consejos. La gobernanza o juzgar como se le llamó, fue un acto de discernir la voluntad de Dios, y dirigir a la gente a obedecer.
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A medida que la iglesia cristiana primitiva creció, los ancianos fueron seleccionados entre las personas para servir a la congregación. Una vez más, se trataba de personas de buena posición, con madurez espiritual y con sabiduría. Los líderes de la Iglesia se dedicaban a la oración, la adoración y al servicio del pueblo.
El Libro de Orden nos recuerda que los ancianos y las ancianas gobernantes no se llaman así porque tienen un complejo napoleónico dentro de la congregación. Sino que los ancianos y las ancianas gobernantes «son elegidos(as) por la congregación para discernir y medir su fidelidad a la Palabra de Dios, fortalecer y nutrir su fe y vida» (G-2.0301). El discernimiento es la clave para el ministerio de los ancianos y las ancianas gobernantes. El discernimiento es el acto de escuchar para y al Espíritu, como también para la búsqueda de la voluntad de Dios.
Ofrezco aquí siete claves para ser un líder espiritual. Esto no es una lista completa, pero un punto de partida. Al leer esta lista, considere cómo cumplir el papel de los líderes espirituales. ¿Cuáles son sus dones particulares en el liderazgo espiritual? ¿Cómo sus palabras y acciones en las reuniones y sesiones de comités y en la congregación demuestran que usted es un líder espiritual? ¿Qué cambios puede hacer para que crezca más fuerte como un líder espiritual?
Los líderes espirituales son los primeros seguidores. Cristo es la Cabeza de la Iglesia, y el gran pastor del rebano. Somos mejores líderes cuando seguimos primero.
- Los líderes espirituales son llamados y comprendemos que nuestro papel es una vocación dada por Dios. Aunque la gente maneja el proceso de selección y elección, creemos que el Espíritu habla a través del comité de la congregación y de nominaciones. Cuando decimos "sí" a servir, lo hacemos porque creemos que la llamada proviene de Dios.
- Los líderes espirituales oran. Las oraciones individuales y comunales son el impulso para conocer la voluntad de Dios. La oración nos conecta directamente a la fuente de nuestro ser, y nos permite oír y sentir el corazón de Dios.
- Los líderes espirituales desean una relación íntima con Dios, y se debe dar un tiempo para cultivar esa relación. Esto significa una disciplina diaria de oración, el estudio bíblico, la meditación, y otros medios de centrarse en Dios y donde la guía es el Espíritu. También significa una participación plena en la vida de una comunidad de culto. La adoración es vital para vivir en intimidad con Dios.
- Los líderes espirituales practican Sabbat. El Sabbat nos permite descansar en la gracia de Dios y estar presentes con y para Dios en una forma que no podemos estar con todas las responsabilidades y las distracciones de la vida. Nos centra, nos renueva y nos vuelve a centrar en lo que somos y de quién somos.
- Los líderes espirituales aman a sus prójimos. No es suficiente servir a la comunidad, ya que Cristo nos llama a amarlos, y a ponerlos antes que a nosotros.
- Los líderes espirituales practican la humildad. Cuando nos volvemos más interesados en hacer lo que queremos, decir lo que pensamos, y conseguir nuestro propio camino, perdemos la capacidad de escuchar lo que el Espíritu nos dice. Cuando ponemos nuestros egos a un lado, y buscamos sinceramente la voluntad de Dios para el beneficio de aquellos a quienes servimos, estamos en condiciones de liderar con sabiduría e integridad.
- Los líderes espirituales practican la humildad. Cuando nos volvemos más interesados en hacer lo que queremos, decir lo que pensamos, y conseguir nuestro propio camino, perdemos la capacidad de escuchar lo que el Espíritu nos dice. Cuando ponemos nuestros egos a un lado, y buscamos sinceramente la voluntad de Dios para el beneficio de aquellos a quienes servimos, estamos en condiciones de liderar con sabiduría e integridad.
La Reverenda Dra. Peggy C. Hinds sirve como presbítera asociada general para el Presbiterio de Mid-Kentucky. Ella ha escrito varios artículos y currículos, incluyendo el libro de trabajo recientemente publicado «Ruling Elders: Transformation»,parte de la serie de Being Reformed de la Editorial de Ministerios Congregacionales.