El Tribunal Supremo ha ratificado el aspecto más controversial de la legislación anti inmigrante adoptada en Arizona. La sección 2(B), la provisión que permite a la policía que detenga o arreste a personas para verificar su estado migratorio, fue la única sección cuestionada bajo la provisión de que la ley federal está por encima de la ley estatal que fue confirmada por el Tribunal.
Mientras abogados y personas abogando en defensa escudriñan esta opinión para determinar su impacto en las leyes estatales de inmigración, el Rvdo. Gradye Parsons, Secretario permanente de la Iglesia Presbiteriana (EEUUA), está preocupado sobre cómo la iglesia ministrará a las familias en estados como Arizona. Parsons dijo, «Ahora mismo, el asunto más importante es responder a las necesidades pastorales de aquellas personas que se sienten inseguras acerca de cómo esta decisión va a afectar a sus familias». Añadió que «trabajaremos con las congregaciones locales y con los presbiterios para asegurarnos de que las comunidades tengan información confiable y acertada para hacer las mejores decisiones para su familia».
Esta ley crea un ambiente en donde algunas personas son más estrechamente examinadas y vistas como sospechosas, y esto preocupa a mucha de la población inmigrante y a las personas que les defienden. La hostilidad en las comunidades en donde esta es sancionada por la ley, crea un ambiente en donde la comunidad inmigrante no es bienvenida, lo cual es contradictorio al evangelio. La Constitución de la Iglesia Presbiteriana (EEUUA) llama a la iglesia a estar abierta al futuro al cual Dios nos está llamando, que incluye el hacer parte de la membresía de la iglesia y dar la bienvenida a toda persona sin importar su condición en el mundo. Al negar la humanidad total y los derechos de un segmento de la población en los Estados Unidos ante los ojos de la ley, el pueblo cristiano olvida las historias de inmigración de sus antepasados en la fe.
El Rvdo. J. Herbert Nelson, Director de la Oficina de testimonio público, declaró, «el espíritu de la ley de Arizona y de otras leyes como esta es quitar a este país los dones que la comunidad inmigrante da a nuestras comunidades y congregaciones al motivar al público a que mire a nuestras hermanas y hermanos con sospecha y, en casos severos, desprecio. Esta sospecha hacia personas que son percibidas como inmigrantes también hace daño a ciudadanos/as americanos/as al negar nuestra interdependencia mutua. Esto causa que olvidemos que nosotros/as también fuimos extranjeros/as en esta tierra en algún momento».
El pueblo presbiteriano tiene una larga historia de comentar acerca y defender la reforma migratoria y de ministrar a la comunidad inmigrante que sufre como consecuencia de estas leyes restrictivas. La Asamblea General de la Iglesia Presbiteriana (EEUUA) ha continuado esta tradición, llamando a la Cámara de Representantes y al Senado a trabajar unidos para desarrollar leyes que suplan las necesidades de las familias inmigrantes y de este país. La ley de Arizona y otras como leyes como esta están en conflicto con la política de la Asamblea General que se opone a la aplicación local de las leyes de inmigración y pide leyes migratorias que defiendan la unidad familiar y la dignidad individual.
Nelson dice, «La sección 2(B) puede ser interpretada como motivación para la discriminación racial y esta discriminación violenta la imagen de Dios que toda persona lleva en si. Sigo teniendo la esperanza de que esta sección de la ley será eventualmente eliminada».
Aunque por ahora la ley es incierta a largo plazo, Parsons dice: «A veces las leyes del gobierno pueden estar en conflicto con el evangelio. Por lo tanto, es importante para las personas que piensen críticamente sobre los elementos de una ley justa y la forma de responder a la injusticia. La Asamblea General de la Iglesia Presbiteriana (EEUUA) y otras denominaciones y religiones han firmando la Plataforma interreligiosa para una reforma inmigratoria humana. Seguimos comprometidos/as con los factores establecidos en la plataforma, que consideramos justos y necesarios para satisfacer las necesidades de nuestro país».
La Iglesia Presbiteriana (EEUUA) está trabajando con nuestros compañeros interreligiosos para desarrollar una respuesta de fe apropiada para sacar adelante la reforma migratoria y apoyar a las congregaciones locales y presbiterios en su trabajo de suplir las necesidades de las comunidades locales a la luz de la decisión del Tribunal.
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