Palabras de agradecimiento
Vilmarie Cintrón Olivieri yJosé Manuel Capella Pratts

Al escribir esta carta, en medio de grandes transiciones en la Iglesia y la sociedad, también elegimos la gratitud como fuerza motivadora en el presente y el futuro.
En primer lugar, queremos expresar nuestra gratitud a Dios, que, como dice la Escritura, "nos llamó de las tinieblas a su luz admirable" (1 Pedro 2:9 NRSV). Reconocemos que Dios nos ha guiado y acompañado en nuestro camino y discernimiento vocacional, tanto durante nuestros años de docencia (Vilmarie) y ministerio parroquial (José Manuel) como en los últimos años sirviendo como colaboradores en la misión. En todas las cosas y a través de todas las cosas, Dios ha sido bueno.

También queremos dar las gracias al área ministerial Presbyterian World Mission , que fue una gran escuela para ampliar nuestra visión de la Missio Dei-la misión de Dios en la iglesia y en el mundo. Estamos profundamente agradecidos a nuestros compañeros de misión: mujeres y hombres que lo han dado todo para ser una presencia solidaria de la Iglesia en el mundo. Su vasta experiencia y sabiduría han sido y seguirán siendo un gran ejemplo de lo que significa "hacer justicia y amar la bondad y caminar humildemente con [nuestro] Dios" (Miqueas 6:8 NRSV). Destacamos especialmente a nuestros colegas del área de América Latina y el Caribe, quienes han sido una verdadera familia, compartiendo lágrimas y risas, lamentos y esperanzas, siempre planteando el llamado divino "a orar sin cesar, a dar testimonio entre todos los pueblos de Cristo como Señor y Salvador, a desenmascarar las idolatrías en la Iglesia y en la cultura, a escuchar las voces de los pueblos largamente silenciadas, y a trabajar con otros por la justicia, la libertad y la paz" (A Brief Statement of Faith-Presbyterian Church USA).
También queremos dar las gracias a nuestras denominaciones asociadas en la región del Caribe, que nos acogieron como parte de las suyas y nos han brindado numerosas oportunidades de colaborar y aprender de su testimonio vivo en cada contexto particular en el que sirven a Dios y a sus comunidades. Nuestra iglesia en Estados Unidos está y estará siempre en deuda con nuestras iglesias hermanas de todo el mundo. Podemos aprender mucho de ellos y de su fidelidad
Por último -pero no por ello menos importante-, queremos daros las gracias a vosotros, las redes misioneras, las congregaciones y los individuos que, con vuestras fieles oraciones y apoyo financiero, vuestra hospitalidad y vuestro acompañamiento, nos habéis sostenido en este viaje misionero. Su amor incondicional y sus palabras de aliento han sido una fuente de inspiración para nuestro ministerio.
Aunque nuestra temporada como Enlaces Regionales para el Caribe está llegando a su fin, seguiremos sirviendo como Enlaces Ecuménicos Mundiales en la nueva Agencia Unificada Interina.
La Missio Dei continúa; lo que cambiará será nuestra forma de organizarnos para participar y colaborar en el contexto misionero nacional e internacional. En el futuro compartiremos más detalles a medida que este nuevo modelo de acompañamiento al pueblo de Dios en todo el mundo siga desarrollándose. Mientras tanto, renovamos nuestro compromiso y determinación de seguir sirviendo y viviendo en gratitud.
Paz y bien,
José Manuel y Vilmarie
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